jueves, 14 de mayo de 2009

Por dos horas


Llegaba el día en que 10 para las 9
ansiabas darle al tiempo la prisa de encontrarlo
desde el cielo de tu pelo
a las huellas de tus pies
cada hebra de tus formas retocabas
eclipsando toda estrella con el brillo de tu sol
tu hombre revisando si ordenaste sus camisas
sin siquiera preguntarse a donde te marchabas
sin mirar los altos tacos que elevaban tus pisadas
el brillo de tus labios
el aroma de tu piel
una dama que encontraba en otro reino
el afecto que tanto merecía
caminando por el filo de la espada
por hallarse una mañana
valorada en el espejo

Temblorosa sin saber que excusa te daría esos minutos
dabas vueltas intentando controlar
los prejuicios, los temores
el pulso acelerado llenando de preguntas a tu pecho
empujando por un hecho remeciendo tus valores
poniendo en una esquina una vida equilibrada
en la otra ese vacío empujándote a intentar
recobrar las flores secas
calcinadas en el tiempo
cuando un día en tu aposento el amor no durmió mas

El padre de tus hijos leyó la letra chica
cumpliendo en el vacio su parte del contrato
empujando cuando 10 para las 10
tus conceptos sobre el mal se vistieron con sotana
por dos horas en la cama sin nada que ofrecer
sin nada que esperar
aprendiste que el amor da más y pide menos
cuando 10 para las 11marcaste tu dominio
desde el cielo de tu pelo
a las huellas de tus pies
confirmabas que a él pertenecías
porque todo aquello que creías que importaba
por dos horas se acabo
siendo él la huella que otros vieron en tu llanto
adueñándose del manto que cubría tu valor
con sus manos diciéndole a tu cielo
¡el amor somos los dos!
toda nota replicando a quien pertenecías
ese día, vuestros días
cruzabas con tus piernas su cuerpo complacido
tus brazos pensando que siempre fuiste suya
y el pecado que creíste partiría tu interior
mudo en cada encuentro se marcho
porque 10 para las 12
desde el cielo de tu pelo
a las huellas de tus pies
fuiste su mujer
porque cuando viste lo que eras en sus manos
te supiste valorada
anhelando el mismo amor doblando sus camisas
pidiendo con las manos extendidas
el fuego consumido a escondida
susurrando en tu silencio
¿como hago para irme hasta sus brazos?
para oír en el sonido de tu pecho
los versos que escribió mientras dormías
entre culpas y deseos
para irte al cabo de dos horas
al espacio que no pertenecías

Cumpliendo sin amor tú parte del contrato
diciendo con engaño
que eras muy feliz
porque desde el cielo de tu pelo
a las huellas de tus pies
guarde silencio hasta hacerme responsable
de juzgarte sin pensar que eras mi madre
al ver como en tus ojos el brillo se perdió
en el filo de la espada te olvidaste del amor
para darnos a nosotros lo que nunca nos falto
porque eres nuestra madre
la mujer de aquel contrato
quien brillo en esos brazos que te hicieron comprender
lo mismo que nosotros pensamos al mirarte
no hay mujer
tan hermosa, tan virtuosa
indefensa y fuerte fiera
con tanto amor
que alcanzo para uno más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE TE PUEDO DECIR........
REALMENTE HERMOSO

Mª Amparo Vicente A.

Anónimo dijo...

Gracias nuevamente por enviarme tus pensamientos y sentidos (Y los de muchos de nosotros(as)), un besito de felicitaciones!

BYE
Editha

Anónimo dijo...

La madre es madre, a pesar de sus errores, así es. Gracias Alberto por tu hermoso poema

Julia

Anónimo dijo...

ANOTA: CADA VEZ QUE TE DIGA NO ME GUSTA..Y ME PONGA TRISTE Y DEJE MIS PESTAÑAS HECHAS UN DESASTRE POR UN POEMA..SERA UN GRAN EXITO

Anónimo dijo...

Brillante poema, cuánta palabra encerrada que habla emocionada

besos
Elisabet

Anónimo dijo...

Luis Alberto, estuve en vilo desde el inicio hasta el final. ¡Qué bello! Me ha dejado muda, que ya es mucho decir.

Subrayo estos versos

"...poniendo en una esquina una vida equilibrada
en la otra ese vacío empujándote a intentar
recobrar las flores secas
calcinadas en el tiempo..."
Besos,
Ana Lucía

Anónimo dijo...

Muy Bueno!!!..

http//: www.radiosentidos. com.ar
Diana Bracamonte