viernes, 4 de febrero de 2011

Viajeros


¿Qué me dices de este viaje?
después de tantas horas, de vuelo acumulado
en esta línea aérea que hoy llamamos vida
viajando hacia un paraje impreso en la inconciencia
rodeados de aeronautas que viven en la tierra
y en la escena horrenda de aviones sin motor
fuimos dos trapecistas congandose en sus alas.

¿Fue lo que pensamos? o ambos compartimos
las culpas de embarcarnos sin la conciencia abierta
rabiando por las fallas de escaso combustible
o el trozo de papel cubriendo los sensores
dejando sin lectura la nave en las Bermudas
y en medio de ese vuelo a punto de caer
culpamos mutuamente a un triangulo de ofenzas
sacudiéndonos las fuerzas que ambos aportamos
atándonos al cuello piedras sin diamante
para sentir la culpa sobre ese ángel malo
mientras el otro idiota no pudo abrir sus alas
con ganas de decirnos ¡no era mi intensión¡

¿Que dices?
de este viaje crudo en medio del Sahara
llevando dos cubitos de hielos en las palmas
haciéndonos sudar mirándonos con rabia
porque no conseguimos viajar con más confort
poniendo en nuestras frentes las deudas que aceptamos
tirándonos las culpas al recibir embargos
y sobre los manglares cubiertos de lagartos
se vino nuestra nave del cielo hasta sus fauces

No era el equipaje culpable de caernos
tan solo sentimientos y un grupo de argumentos
que no dispuso Dios
cuando olvidamos juntos
la fe que nos unia y esa valentia de
todo ira mejor.

Sabiendo que tenernos bastaba de equipaje
y sobre el aeropuerto creímos que ninguno
jamás compartiría el llanto de esos tantos
que fueron a explicarnos, ¡no es bueno volar¡
¿que dices hoy?
cuando en la rutina de esta media clase
llevamos nuestras piernas cargadas de calambres
mirando en la ventana que cubre un hombre gordo
el mundo que creímos era más impactante
me tomas de la mano y damos por sentado
que pronto deberemos saltar por la escotilla
con tu paracaídas y mi inseguridad
cruzar en diez segundos del cielo hasta la tierra
tirarnos abrazados encima del sillón
a ver como Morfeo nos vence sin ver tele
juntando las caricias para poder sentir
que ayer cuando llegamos sin nada al aeropuerto
el cielo era imperfecto pero llevamos alas
porque después de tantas
millas de turbulencias
horas con mascarillas y fuego en el motor
haría un volantín o un Ícaro sin alas
juntándome a tus manos sobre los Himalaya
diría al dios del viento que brame con locura
porque solo contigo aun quiero viajar
y sin paracaídas mirándote a los ojos
diría convencido que fue hermoso volar.

y aunque nuestros huesos no están para otro viaje
sabiendo que en el cielo se forman huracanes
con un millar de naves que viven en el suelo
te pido nuevamente que vengas junto a mi
para irnos por la vida
de frente y contra todo, creyendo solo a Dios
y disponernos juntos cumpliendo aquel contrato
que dice para siempre, ¡firmado por los dos!
diciéndoles a quien oiga, por los altoparlantes
que en esta aeronave vuelan dos trapecistas
con millas recorridas y un verso en su interior


“Al cielo no se llega cargandos de equipaje
las puertas a otras vidas se cruzan si van dos
y en este mundo lento, de vicios y arrogancias
se extrae la sustancia
que completa al amor”

No hay comentarios.: